viernes, 15 de mayo de 2015

Preparación

Ha pasado mucho tiempo. He tenido unos cuantos –muchos– encuentros conmigo mismo y  he caído otras tantas veces –más aún– en el suelo árido antes de escribir esto. He tenido muchos monólogos con las paredes... He crecido física y mentalmente... Estoy preparado. Puedo seguir teniendo muchos diálogos con vosotros.

Entre los tesoros que poseo guardados en mis carpetas de documentos –de papel, porque dan más seguridad y se agarran más a la vida que los textos electrónicos– se encuentra uno muy especial relacionado con una de mis ya anticuadas entradas, "Mente creativa - Observación de las nubes”, que recoge técnicas de observación de las nubes. Métodos para que distinguir formas con sentido en las nubes sea una tarea más rápida y fácil. Sé que os morís de curiosidad por conocerlo –si sois tan curiosos como yo–. No os preocupéis. Publicar esas técnicas es algo que siempre he querido y lo compartiré aquí en un futuro cercano.

¿Qué tienen las nubes? Me gustan más que las estrellas. ¿Acaso las supuestas figuras que forman las estrellas se comparan con las de las nubes? Las figuras que se perciben en las nubes son nítidas, tridimensionales, con un grado de profundidad que asombraría –desconozco si les asombra– a los mejores expertos en perspectiva. Las estrellas forman figuras bidimensionales, austeras y bastante rebuscadas la mayoría (aunque esto también podría darse en las nubes, apunto). "Pero las estrellas son más bonitas porque brillan con luz propia. Además están las estrellas fugaces, que son preciosas". Es más bonito pensar que las estrellas están ocultas durante el día por culpa de la luz del Sol –su brillo por tanto es débil–. Además, las nubes están primero. Si a los cumulonimbos les da por arremolinarse en tu cabeza, te quedas sin estrellas; sin embargo, aparece ante ti uno de los mayores poderes de la Naturaleza: la tormenta. Lluvia y truenos, todo provocado por estos magnos vapores de agua, reyes y reinas del cielo. En cuanto a las estrellas fugaces... Como dice su nombre son fugaces, así que muchas veces te las pierdes. Además, ¿nunca has visto nubes fugaces?

Ascenderé a los más altos estados de conciencia gracias al empuje del viento. Nadaré en las aguas ácidas del cielo y embotellaré un poco en mi alma, para traerlas ante ti. Regaré con este agua las plantas de mis pies para que su suciedad se quede en el suelo y sus purezas atraviesen mi piel por gradiente: mi sangre está más sucia que el agua. Así, ésta intentará compensarme haciendo gala del magnífico equilibrio químico universal.

Mezcla, relaciona, ramifica y diversifica. Inventa conceptos e ideas y crea, que la inteligencia es gratis y la cultura también –*debería serlo también, en su totalidad–.

2 comentarios:

Recuerda que una crítica bien hecha es incluso agradecida.